El arranque de una viña en el Penedès por parte del viticultor Albert Valldosera, para plantar una nueva con moscatel, ha motivado una intervención arqueológica que ha sacado a la luz un yacimiento de características similares al de Font de la Canya, considerado como cuna de la vitivinicultura en Catalunya. El hallazgo se ha hecho en Cal Bou, en el núcleo de Sant Sebastià dels Gorgs de Avinyonet del Penedès. Los materiales descubiertos hasta ahora han determinado que Cal Bou presenta una cronología de los siglos II-I a.C. y I-IV d.C., es decir, el final de la fase ibérica y el inicio y el final de la fase romana. Podría haber emergido, muy cerca de la romana vía Augusta, cuando decayó el gran yacimiento de Font de la Canya.
Los trabajos han dejado al descubierto un campo de silos del ibérico final y una necrópolis romana de entierros con tumbas hechas con tejas. El primer individuo encontrado tiene encima de las rodillas una moneda de bronce del siglo IV d.C., concretamente de los años 347 y 348, época del emperador Constante. El segundo individuo presenta como ajuar un alfiler para el pelo hecha de oso. También se han identificado, a su alrededor, un total de 21 clavos de hierro. Se especula con la posibilidad que a a esta difunta la depositaran sobre una camilla fúnebre con clavos a su alrededor para el transporte hasta la sepultura ya que así se podía atar mejor la mortaja y sujetar el cuerpo. A una tercera difunta le faltan las dos tibias, probablemente depredadas por algún animal salvaje.
Los materiales descubiertos en Cal Bou permiten trazar una cronología que arranca el siglo II a.C.
Sofia Aldeco, la directora de la excavación, afirma que “sin duda, Avinyonet fue mucho más que una zona de paso”. Dani López, el director de ArqueoVitis, la cooperativa que se encarga de los trabajos arqueológicos, añade que el nuevo yacimiento “es muy interesante”. Han desenterrado ánforas, un fragmento de una miniatura de enócoe (una especie de jarra utilizada para servir el vino) y una hoz de hierro de los siglos II-I a.C. “ligada a la emergencia de la arboricultura en el territorio, introducida por los fenicios, asimilada y producida por los íberos y consolidada por los romanos”, según Dani López.
La próxima excavación que hará ArqueoVitis, en septiembre, es en el yacimiento de la Timba de Santa Bàrbara, en Castellet y la Gornal. Justo después excavarán en el Puig del Cocodril de Subirats, que se cree que era un núcleo de poder fortificado que podría controlar la Font de la Canya y una de las entradas de la Cossetània íbera.
Por otra parte, en otro yacimiento próximo de Subirats, donde se estuvo 20 años sin trabajar, se ha excavando de nuevo este verano. Está en el núcleo de Casots, datado de hace unos 16 millones de años y uno de los principales yacimientos de esta edad en Europa. En aquella época el clima en Catalunya era tropical, y en la zona de Casots había uno o varios pequeños lagos infestados de cocodrilos. En la orilla del lago vivía diversa fauna de mamíferos, que incluían mastodontes, rinocerontes sin cuernos, extraños herbívoros parecidos a una jirafa pero con múltiples protuberancias en la cabeza o impresionantes carnívoros, como los osos-perro del género Amphicyon, del tamaño de un león.
πηγη https://www.lavanguardia.com/
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